sábado, 29 de marzo de 2008

Eric Dolphy: God Bless The Child


Como en Heráclito, en la música de Eric Dolphy todo fluye sin cesar y nada permanece, las notas parecen nacer para aniquilarse las unas a las otras pero, en un nivel más profundo, es precisamente la discordia lo que lo engendra todo y la unidad del ser nace de los contrarios: la armonía es el resultado de un complejísimo juego de disonancias siempre al borde del caos total. A menudo poco comprendido por sus contemporáneos, autor de una discografía corta pero excepcional, dueño de un toque personalísimo, duro y cortante y a la vez enormememnte sutil, Dolphy tocaba con una urgencia a veces difícil de asimilar, como si de algún modo supiera que no le quedara demasiado tiempo y luchara contra él con todas sus fuerzas. Su música tan juguetona tiene también algo de tragedia: la de un combate inevitable e imposible de vencer, pero asumido radicalmente y hasta el último aliento.